domingo, 9 de marzo de 2014

"Mensaje en una botella" por Mario Ortiz



       
        El otro día me comentaron acerca de esta noticia. El pescador alemán Konrad Fischer encontró en el Mar Báltico un mensaje en una botella de cerveza. No es la primera vez que el marino intercepta un elemento que no sea un pescado al recoger las redes. En otra ocasión, recuerda haberse encontrado un torpedo, minas e incluso un cadáver.
      Sin embargo, señaló Fischer, “cuando miramos la botella con más detenimiento, un compañero comentó: 'Hay algo en su interior´. Se trataba de un mensaje en una postal danesa. El pescador no pudo leerlo porque está escrito en Sütterlin, caligrafía que hacia 1911 se impuso en la enseñanza primaria en las escuelas de Alemania. “Además, las letras están descoloridas. Hay que pensar que estuvo durante años en el mar y recibió mucho sol. Sólo pude leer el año en el reverso: 1913”, CONVIRTIÉNDOSE ASÍ EN EL MENSAJE MÁS ANTIGUO QUE SE HAYA ENCONTRADO.
      La botella fue lanzada en Dinamarca debido a los sellos del rey danés de la postal. De todos modos, las certezas que giran en torno al mensaje se refieren a su emisor, el berlinés Richard Platz.

       Esa botella estuvo un siglo meciéndose entre las olas; esquivó las redes de otros pescadores, los buques de la armada del Imperio Alemán en la primera Guerra, las tormentas y la espuma, la flota Rusa del Báltico, los monstruos marinos y las sirenas, los U-boot de la Marina del Reich. Emergió en nuestra época, confundida entre bacalaos y salmones para entregarnos un mensaje que sólo puede ser completado en nuestra imaginación. El sol me comió las palabras.

      (Ayer, en el día de la mujer, me acordaba de unas científicas y matemáticas. Hoy arrojo esta botella para que la recoja Mirta Colángelo allá donde esté)

viernes, 7 de marzo de 2014