miércoles, 28 de marzo de 2012

En "La Escuelita"

Y así cuentan la experiencia de ser susurrado:"La cosa es así: te ponés en cada oreja un tubo laaaaaaaaaaaargo. Y en el extremo de cada uno, lejos, lejos tuyo, se ponen dos minas de la mayor dulzura, con sus bocas pegadas a la boca del tubo. Una de ellas te cuenta un poema del Paco Urondo. La otra recrea el ruido del viento, y a lo mejor de la tormenta, y hasta el ruido del frío.No se puede explicar la sensación...No se puede.(gracias de nuevo a las dos divinas que, al final del acto en La Escuelita, me permitieron la experiencia)."

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