sábado, 20 de octubre de 2012

Sucede a Veces


Al alba
los serenos ojos marchitos
oyen un bordoneo
y salen a la calle
a comprobar que están despiertos
porque no hay
                        como resonaba
lluvia dando las seis con peces rojos:
hay alas en ramas posibles;
y ovalados de asombro ven que
                        la basura se encoge y huye
                        las torres se enderezan
                        y
                                  amanece de veras
                                                           dicen
los apurados hombrecitos
de los semáforos.

En tanto
dentro de los que duermen
se abre una hectárea verde
canta un gallo de infancia de cuento
y todos resucitan adolescentes
-la cara ya lavada desde adentro-
beben tazas enamoradas
y se llevan
            afirmativos
a continuar el ímpetu del sueño.

Los cazadores
            -no hay otro oficio-
alistan
el corazón la mano el ojo
tras todo pan de crecimiento
y ensamblan los morrales grávidos
reconstruyendo el rompecabezas
donde aparece un bosque de vigor.
El paralítico camina sobre la fronda
el ciego ve la espesura futura
el mudo canta un pájaro sinfónico
y el sordo oye en las hojas
            sí sí sí
que la ciudad está invadida por la fe.

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