indican claramente
que no hay grito sagrado
que el ruido de rotas cadenas
golpea brutalmente sobre sus espaldas
y que los estafadores unidos del sur
han abierto su trono dignísimo
porque no quedan atisbos de libertad
para nosotros todos
que somos unos terribles pelotudos
y no los echamos a patadas.
Roberto Santoro
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